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La exposición de acuarelas y trampantojos, revisión

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Vídeo de la entrevista y presentación

La exposición en la sala Don Sancho de la Diputación de Palencia me dio la oportunidad de realizar una puesta a punto de mis intereses artísticos. Hubo otras exposiciones antes y después.

Para mí esta exposición ha sido la más motivadora pues sumaba mis dos actividades principales. La acuarela y el trampantojo. En ambas hay lugar para un diálogo en cada momento con el motivo de mi pintura. Por entonces no existía el Atelier de Santi cómo tal y como es actualmente. Entonces era un artista mirándose para dentro y para fuera. En este post hago una revisión de la exposición, su continuidad. Ésto fue el inicio de El Atelier de Santi.

Las acuarelas en la exposición

La actividad con las acuarelas ha sido en mi caso expansiva, hacia fuera. Como una ventana que ha dirigido mi atención hacia el exterior. No solo eso, realizar acuarelas al aire libre me hacia mover en dirección y búsqueda del motivo. Como explico en la exposición, senderismo y montañismo han sido consecuencia en muchas ocasiones de mi búsqueda de inspiración.

Río Alberche

Rio Alberche

El diálogo con el motivo era y es imperativo. Ello unido al las circunstancias del momento hacen de cada sesión una aventura distinta. En algunas ocasiones fui testigo de lances naturales. Como cuando estaba pintando con mi caballete de campo dentro del río Alberche. El agua no me llegaba a las rodillas y el tiempo acompañaba. Entonces a media sesión un ruido fuerte en un árbol llamó mi atención. Pude observar atónito como una garduña cazó un pato. Se había roto la rama donde había sido la captura y ambos cayeron al borde del río. Pero el pato quedó enganchado entre las raíces del árbol que asoman en el talud del borde del río. Y pude observar, durante un largo rato, como la garduña, un animal mucho más pequeño que el pato, soltaba su presa de las raíces para llevárselo.

Otras veces la situación no fue tan placentera, como cuando me corrieron unas vacas en un prado de Guadarrama. Dejando abandonado el caballete de campo pude, corriendo, alcanzar la tapia más cercana. A mí me pareció muy lejana.

También recuerdo que en otra ocasión tuve que refugiarme dentro de un coche por el acoso de unas abejas. Fue en el Cerro de San Pedro en Madrid, cerca de Colmenar Viejo (¿una coincidencia de nombre?)

Camino en Añon del Moncayo

Camino en Añon del Moncayo

Los trampantojos en la exposición

Este género de pintura ha sido descubrirme a mi mismo. Los trampantojos es la razón de ser del Atelier de Santi. La relación de este género con el arte de los maestros clásicos y del barroco y la consecuente admiración. Y el seguimiento y aprendizaje de su arte, convertido en mi caso en oficio. De aquí viene El Atelier de Santi. Es hoy mismo un género muy popular como pude constatar en la exposición de Palencia y posteriores.

De las alegorías y bodegones barrocos he aprendido una forma de expresar el mundo y mis inquietudes. La representación de los objetos es también representación de los sujetos.

Trampantojo_Cosas mías

Cosas mías, trampantojo, óleo sobre tabla

Y es muy grande la admiración por los maestros a los que sigo. Tanto que guardo en algunas de mis fingidas  estanterías y trampantojos,  objetos copiados de algunas de sus obras. Hasta el momento Velázquez, Zurbarán, David y Van Claesz han sido objetivo para acercarme y aprender de sus respectivas habilidades a través de la copia de detalles de sus obras. Tengo en proyecto otras copias en formato trampantojo de obras y maestros admirados.

Estantería de Van Claesz

Estantería de Van Claesz, óleo sobre postigo antiguo

La anécdota del reloj de torre alemán

En este proceso de documentación y copia de los maestros, me han surgido, y me seguirá ocurriendo, coincidencias y anécdotas, supongo que con su explicación. Es el caso, por ejemplo, del reloj de torre alemán que aparece en el retrato de la reina Mariana de Austria que realizó Velázquez (1652). En una entrada anterior explico el significado de este objeto en el retrato. Pero en una reciente visita a la National Gallery de Londres pude observar este mismo reloj en el retrato de Justino de Neve que realizó Murillo en 1665. ¿Coincidencia o guiño con intención?

Hacia casi cinco años del fallecimiento de Velázquez, y trece de la realización del retrato de Mariana de Austria. Murillo era el más joven de los colegas,  Alonso Cano, Zurbarán y Velázquez, que este último reunió. Fue unos meses antes de fallecer y buscaba el apoyo de los compañeros para que le fuera otorgada la Cruz de Santiago de Compostela. Eso era algo más que admiración y amistad. Había también complicidad.

Detalle en el retrato de Justino de Neve por Murillo

Detalle en el retrato de Justino de Neve por Murillo

relojes de torre alemanes

Reloj original y el pintado por Velázquez

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