Se procedió de igual manera para realizar el trampantojo “Cosas del abuelo” que para el resto de trampantojos. Con la diferencia que marca el momento, un momento de nostalgia. Queda claro en el resultado que es una composición parada en el tiempo. Los objetos “vintages” retrotraen al pasado la mirada del observador, al menos así me lo han comunicado. Y, es que realmente fue pintada en un momento de recuerdo y mirada atrás, pero sin personalizar. Y los objetos hablan en la composición de un tiempo pasado, sin más. Pero esa generalización hace que llegue a todas las percepciones con independencia de la valoración que se haga del tiempo que representan. Y en “Cosas del abuelo” llegan, se sienten y hacen sentir, que es la intención del autor.
Los objetos en el trampantojo “Cosas del abuelo”
La selección de los objetos obedeció a las ganas de ser pintados junto a la oportunidad para la composición. Su carácter vintage, el de los objetos que aparecen en “Cosas del abuelo”, en su contexto, les da un significado más decorativo que funcional. Pero su relación con el pasado “cercano” del autor, y con las tradiciones y costumbres de épocas recientes en general, les da el carácter protagonista que se requiere para esta obra.
El tiempo y las comunicaciones, representados por un reloj de campana y una carta con sello y matasellos. Ellos son testigos y victimas de los cambios en los usos y costumbres. La revolución tecnológica los ha aparcado en un estante desde donde nos hablan de mensajes manuscritos, más cercanos pero más lentos también. Y de un tiempo digital que actualmente “vuela”, pero en tiempo de los abuelos, iba mas lento, a golpe analógico y cambio de pilas.
Así mismo, la medicina tradicional y los remedios caseros se han estado aliando en las décadas pasadas para alargar la vida de nuestros abuelos. Y de forma natural, algo que queda representado en “Cosas del abuelo” en los estantes inferiores, con los albarelos y la botella con orujo casero.
El naturalismo de la escena ha funcionado muy bien junto con el soporte elegido. Dos postigos de ventana antiguos que se limpiaron y decaparon dejando la apariencia última con aspecto rústico. Todo ello con la intención del realismo fingido propio de un trampantojo naturalista.
Las fotografías finales del trampantojo “Cosas del abuelo” realizadas por Jose Garrido Lapeña